viernes, 15 de octubre de 2010

El EGO no es exclusivo de los MC's. Está presente en la vida cotidiana, nuestros trabajos, ocio, relaciones personales, etc... Bien enfocado puede ser una poderosa arma, pero cuando es el EGO quien habla por ti, puede ser de lo más destructivo. Un MC por lo general, se muestra confiado, dice lo grande que es, lo ingenioso, fuerte o culto que es en sus letras. Hay quienes adoptan esos roles en sus versos pero en sus vidas 'normales' no son así. Otros muchos se muestran tal como son en sus letras. Una persona con un cierto grado de 'fama' NUNCA debe dejar que el EGO hable por él, ya que en la mayoría de los casos la cosa saldrá mal. He visto a gente de medios de comunicación, artistas y amigos perder el control y tarde o temprano pasa factura, ya que la gente no suele olvidar nunca y siempre nos acabamos reencontrando por el camino. Muchos quieren llamar la atención, atacando a otros, cegados por el EGO, por ese EGO que nuestro propio entorno suele sobrealimentar y hay que saber controlar. Por ahi dicen eso de "El tiempo pone a cada uno en su lugar", pero nunca se suelen aplicar la frase a ellos mismos.

Las personas que estamos expuestas a un público (sea mayor o menor), solemos ser automáticamente juzgadas y etiquetadas, y en un 95% de ocasiones, son valoraciones injustas y prejuiciosas. No por ser 'artista' se cree estar en un nivel superior al del resto de los mortales, básicamente porque la mayoría vivimos una vida completamente normal, con nuestros problemas para llegar a fin de mes, nuestras familias y amistades. Quien se crea algo así es porque no es el individuo el que habla, sino el EGO...

Nunca dejéis de ser vosotros mismos o no seréis nada más allá de vuestras carreras.

1 comentarios:

cati dijo...

Sobre el ego puedo aportar una historia con mucha sabiduría:

Era un eremita de edad muy avanzada.Sus cabellos eran blancos como la espuma y su rostro parecía surcado con las profundas arrugas de más de un siglo de vida.Pero su mente continuaba siendo sagaz y despierta y su cuerpo flexible como un lirio.Sometiéndose a toda suerte de disciplinas y austeridades, había obtenido un asombroso dominio de sus facultades y desarrollado portentosos poderes psíquicos.Pero a pesar de ello, no habia logrado debilitar su arrogante ego.La muerte no perdona a nadie, y cierto día el Señor de la Muerte envió a uno de sus emisarios para que atrapase al eremita y lo condujese a su reino. El ermitaño, con su desarrollado poder clarividente, intuyó sobre las intenciones del emisario y, experto en el arte de la ubicuidad, proyecto treinta y nueve formas idénticas a la suya. Cuando llegó el emisario de la muerte, contempló, estupefacto cuarenta cuerpos iguales y siéndole imposible detectar el cuerpo verdadero, no pudo arrestar al astuto eremita y llevárselo consigo.Fracasado el emisario, regresó y le expuso lo acontecido al Señor de la muerte, este se quedó pensativo unos instantes, acercó sus labios al oído del emisario y le dió algunas instrucciones de gran precisión. Una sonrisa asomó en el rostro habitualmente circunspecto del emisario, que se puso en marcha hacía donde habitaba el ermitaño.De nuevo, con su tercer ojo altamente desarrollado y perceptivo, el ermitaño intuyó que se acercaba el emisario.En unos instantes reprodujo el truco que ya había recurrido anteriormente y recreó treinta y nueve formas idénticas a la suya.
El emisario de la muerte se encontró con cuarenta formas iguales. Siguiendo las instrucciones, exclamó:
- Muy bien, pero que muy bien ¡que gran proeza!
Y tras un breve silencio añadió:
- Pero indudablemente, hay un pequeño fallo.
Entonces el eremita, herido en su orgullo, se apresuró a preguntar:
- ¿Cuál?
Y el emisario de la muerte pudo atrapar el cuerpo real del ermitaño y conducirlo sin demora a las tenebrosas esferas de la muerte.
El maestro dice: El ego abre el camino hacia la muerte y nos hace vivir de espaldas a la realidad del ser. Sin ego, eres el que jamás has dejado de ser.

Publicar un comentario